SONRÍA POR FAVOR…

SONRÍA POR FAVOR…

Los madrugones, el tráfico, las responsabilidades, el trabajo, y en definitiva el estrés del día a día acumulado, va pasando factura. Se nos nota en la piel, en esas horribles bolsitas que indican que la noche fue demasiado larga, y hasta en nuestro humor.

No es raro encontrar amigos, compañeros de trabajo, que después de algún acontecimiento desafortunado, tienen un » humor de perros». Normal. Y es que en esto, no somos excepción nadie.

Sin embargo, hablando de trabajos , hay profesiones en que el humor no es una anécdota más del día, como en una oficina, y ni siquiera una opción. Hay profesiones en que el humor es obligatorio. Y no hablo de la profesión de comediante…

Sí, obligatorio. No como los impuestos de hacienda pero casi, si se quieren alimentar estos al menos. Hablo de las profesiones de cara al público, en esas en las que hay que tener tantísimo aguante, paciencia, y dedicarles tantísimas horas y esfuerzo. En ocasiones para cuenta ajena, en otras para uno mismo. A veces bien remunerado, y otras no.

Una bonita sonrisa.
Una bonita sonrisa

En una sociedad cada vez más consumista, más competitiva, más moderna, más tecnológica, aquejada de una crisis descomunal, no nos es raro encontrar establecimientos que no venden, que no sacan beneficio, que no siguen para adelante… Y que pese a bajar precios, reinventarse, o quién sabe qué, seguirán tristemente sin levantar cabeza…

Y en un intento sobrehumano, ya no económico únicamente, sino en el que se aúnan todos los recursos de los que una persona o familia dispone, con una motivación increíble para cambiar aquello que está generando problemas, uno comienza por preguntarse ¿qué está fallando?

Cuántas veces me habrán hecho esta pregunta a la inversa profesionales de todo tipo, abogados, empresarios, albañiles…  Cuánta gente no se me habrá enfadado por no ser yo quien les atendiera…  Todo esto cuando yo trabajaba de dependienta y mis clientes se sentaban en el escaparate a hacer cola… ¿cómo lo haces?

Probablemente era otra época, el producto, los precios, no sé… No es que yo tenga la verdad absoluta, ni sepa más que cualquier otra persona. Tampoco hay una única causa que explique la deriva de un establecimiento, ni existen los milagros, pero si existe una solución exitosa, comprobada por los siglos de los siglos, y que funciona (sí, funciona) esa es la SONRISA.

No sabemos lo que falla, seguramente la crisis, las obras de enfrente o la apertura de la tienda de la esquina,  pero por muy tecnológico que sea el ambiente, por muy consumista que sea la población, si hay algo que llevamos de serie que incentiva el acercamiento, y créanme que les hablo ya de genética, no de técnicas de venta, esa es la sonrisa.

La sonrisa ha evolucionado en nosotros y para nosotros, está codificada en una programación universal. Esto quiere decir que con ella llegará a cualquier comprador, de cualquier parte del mundo, que todas las personas  del mundo la entenderán y a todas se les contagiará, les resultará  agradable y satisfactoria, y lo que es mejor, ¡cualquiera la lleva de serie!

No se compra, ni se la van a enseñar en ningún curso, máster o carrera. Está en nosotros y cumple una función fundamental que es alertar al otro miembro de la comunicación que «la cosa va bien» «aquí no hay problemas» «eres bien recibido» «te acepto abiertamente» Y un sinfín de mensajes más que si usted sonríe le está mandando a quien pasa por su puerta.

Y cuando tenemos un mal día de esos que no has pegado ojo, te has tragado una hora de atasco, el dependiente no te ha dicho buenos días, ni siquiera te ha dado las gracias ni  un hasta luego …. Desde mi punto de vista tienes dos opciones y sólo una oportunidad:

1 – Te conformas con la situación o …

2- Te calzas una sonrisa y aprovechas  el humor de perros de todos los demás para lanzar un mensaje de esos de «aquí sois bien recibidos»  «un gracias y un hasta luego».

Yo estoy segura que así repetirán J

Sonríe por favor, y aprecia a quien te regale una sonrisa. Patricia Merino López.

Patricia Merino Psicóloga

+34 672 454 888

www.patriciamerino.es

 

10 COSAS QUE LOS PSICÓLOGOS NO VEMOS EN CONSULTA  

«Es muy importante toda la información, tanto física, como mental. Para entender al paciente, tratarlo adecuadamente y tener los mejores resultados.»

Patricia Merino Psicóloga

TE  QUIERO ENTRE FAMILIARES ADULTOS:

 Lo vemos todos entre poco y nada más bien ¿verdad? Si es cierto que entre los más pequeños de la casa los “te quiero” y “te adoro” son constantes y cuantiosos, en la edad adulta y entre familiares, no es que no sólo no sean muy habituales, es que incluso son motivos de vergüenza… Y al fin y al cabo ¿A quién no le engrandece un “te quiero”?

Nota de te quiero.
10 COSAS QUE LOS PSICÓLOGOS NO VEMOS EN CONSULTA.  A quien no le gusta un te quiero

RECONOCIMIENTOS:

Los vemos muy poco. Estamos acostumbrados a que hijos, padres y demás familiares actúen debidamente, es decir, actúen según se espera de ellos. Cuando no lo hacen, lo solemos manifestar y sancionar socialmente, mientras que cuando actúan de agrado no lo reconocemos y lo ensalzamos…


PERSONAS MAYORES:

Tenemos asumido que pueden cargar con todo, y que sus cargas son “propias” y “normales” de sus etapas de la vida, cuando realmente sus fases y cargas son muy incapacitantes, como las de cualquier otra persona en cualquier otra etapa, y necesitan de nuestro apoyo incondicional… ¿Cuántas veces hemos pensado que esa tristeza del abuelo/a es normal para su edad? ¿Y el cansancio de nuestras mamás?


CONFIANZA EN UNO MISMO: 

Pues también vamos un poco escasos… Prima la desconfianza… Y al final, la vida se trata de eso, de quererse y respetarse uno tal cual es. Está bien confiar en los defectos de uno mismo  ¡pero también en nuestras virtudes y fortalezas!


RATOS EN FAMILIA:

Se sacan cuando se puede… Y no debería ser así… Necesitamos un mínimo de tiempo dedicado a nuestros familiares, un mínimo infranqueable: La familia no debería ser una optativa en nuestras elecciones diarias.


RATOS DE OCIO PARA UNO MISMO:

Trabajar, limpiar, papeleos… ¿Cuándo fue la última vez que te tiraste en el sofá todo el día sin hacer nada? Pues eso…


RISA:  

La risa es el antidepresivo por excelencia más rápido y eficaz que existe, un  gimnasio portátil, una herramienta de socialización infalible y mucho más… Sólo tiene efectos positivos secundarios.  ¿Cuándo fue la última vez que tuviste un ataque de risa? ¿Cuántos has tenido este último año? Pues eso…


BUENAS PALABRAS HACIA UNO MISMO:

“Qué bueno soy” “Soy genial” “Me siento satisfecho”… Escasean… Está muy relacionado con aquello que se espera de nosotros, de lo que los demás esperan de nosotros. Pero que los demás esperen de nosotros, no significa que no sea un esfuerzo para nosotros mismos, o una virtud propia nuestra…  ¡Brindemos más a menudo por nosotros! Somos nuestra mejor apuesta…


AMIGOS:

Parece que la vida virtual va restando amistades a nuestros círculos sociales… Somos seres humanos, necesitamos contacto físico, auditivo, sensitivo, y de todo tipo… Nos proporcionan salud física y química, y por ende, salud mental. Los amigos, al igual que la familia, no deberían ser una optativa en nuestra distribución de prioridades…


SEXO:

Sí sí… El sexo, como lo lees. Como el café, sólo o acompañado… ¿No te lo esperabas eh? Por eso mismo está en esta lista. Mejora la salud psicofísica, nuestro estado de ánimo, puede conciliar pequeños conflictos de pareja, engancha y no hay mejor crema antiarrugas… ¿Se necesita decir algo más?


Así es que para este nuevo año 2023 que comienza, nos gustaría desearos que en vuestros momentos habiten, además de la motivación por el cambio y la actitud positiva y de mejora hacia la vida que vemos muchísimo por suerte, todas estas cosas preciosas de la vida que, desde nuestro prisma, se experimentan menos… Y creemos son ¡muy pero que muy importantes!

Patricia Merino – Psicóloga Logroño