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¿YA TE HAS ENTRENADO PARA ESTUDIAR?

Se acerca (o al menos deseamos) que se acerque ya el buen tiempo… Y con él, inevitablemente también, se acercan los temidos exámenes finales para millones de estudiantes jóvenes y no tan jóvenes que se embarcaron allá en septiembre del año pasado en la odisea de superar un curso académico. Sea de la índole que este sea…

Así, mientras unos ya disfrutan asomando los deditos de los pies por entre las sandalias de verano, hay quienes aún en zapatillas de casa, el único verano que han catado por el momento es el de los libros de ciencias naturales…

Y es que, hay mucho que estudiar, muchísimo contenido… Los profesores nos enseñan con esmero este contenido, nos muestran cómo entenderlo, nos lo aportan a través de libros, clases e instituciones… Y precisamente este el contenido el que hay que demostrar para superar el cribado final de junio…

Pero para superar una prueba de contenido ¿es más importante aprender esta información? o ¿aprender a utilizarla de la manera más adaptada posible a la prueba? Desde la psicología creemos que tan importante es una cosa como la otra, y que la primera va necesariamente seguida de la segunda si queremos como poco memorizar una gran cantidad de información…
O lo que es lo mismo: Tan importante es asimilar el contenido como entrenar a tu mente para asimilarlo…

¿Y TÚ? ¿YA HAS ENTRENADO TU CEREBRO?

Si la respuesta es no… Ánimo y ahí van unos consejos para que refresques tu mente, y la pongas a trabajar al mayor nivel de eficiencia:

1. PAUTAS DE ESTUDIO Y PAUTAS DE DESCANSO

Tan importantes son los horarios de estudio como los de descanso. Si queremos que nuestra mente se haya nutrido, alimentado, limpiado y puesto a punto, necesitamos darle no sólo sus horas de sueño, y que además este sea reparador, sino que también tenemos que proporcionarle estímulos positivos y de placer como el ocio o el salir a hablar con amigos para que vuelva a un punto equilibrado entre desgaste y aporte… Pues no sólo de pan vive el hombre!
O lo que es lo mismo: Podemos estudiar 24 horas seguidas, pero nuestra mente asimilará más o menos lo mismo que si estudiamos 12 y descansamos otras 12…

2. UTILIZA VARIAS MEMORIAS

La ciencia psicológica nos dice, que cuantas más entradas realice un material, mayor huella mnésica dejará en nuestro cerebro y más fácil será recordar esa información procesada.
Es decir, cuantas más redes neuronales active ese material mejor recordado estará. Esto se traduce en leer un material concreto, hacer un esquema visual, contárselo a alguien, escucharlo de otra persona, etc.

3. LOS COLORES MÁS APROPIADOS

Los colores más importantes para el ojo humano son el rojo y el amarillo, y no es casualidad que todas las señales de alerta o peligro, como las de tráfico, sean de este color.
El ser humano tiene codificado genéticamente estos colores, el primero por tratarse del color de la sangre y por tanto del daño, y el segundo, por ser un color que tienen normalmente los animales potencialmente venenosos.

Siendo así, nuestro cerebro presta una atención especial a estos dos tipos de estímulos, por encima de los otros. Si los usamos sabiamente, subrayando en estos colores o escribiendo con ellos las palabras clave de cada párrafo, además de estar usando la memoria genética o la visual, nos estaremos beneficiando de esta ventaja atencional de la memoria emocional que es en suma, la más potente que tenemos…

4. ELIMINA ARTÍCULOS, HAZ PENSAR A TU CEREBRO

No está demás que en los resúmenes o esquemas que te hagas elimines los nexos innecesarios entre palabras que entorpecen la memorización al darse con ellos frases largas y tediosas.

Por ejemplo, no es lo mismo memorizar:

“Cristóbal Colón fue el descubridor de América en el año 1492”

Que memorizar:

“Colón – América 1492”

Utiliza símbolos, abreviaturas, tus propias marcas… Se trata de abreviar y también de hacer recorrer a tus neuronas el mayor recorrido de memoria posible y conectarlas con el resto de material…

5. UTILIZA LAS MISMAS PALABRAS DEL LIBRO/PROFESOR

No reelabores la información con tus propias palabras (a no ser que sea para contar lo aprendido), de lo contrario tu cerebro tiene que hacer un esfuerzo doble para buscar una cosa y otra… Primero en el libro, luego en los apuntes… ¿Por qué multiplicar la información?

Además seguro que tus profesores agradecerán en mayor grado entender lo que escribes en su propia jerga que no en la tuya, pudiendo eso confundir una corrección…

6. VETE ACOTANDO INFORMACIÓN

Estudia de más a menos… Nunca de menos a más… En los días previos al examen la idea es que tengas unos cuantos folios que hayan ido resumiendo y enlazando con el temario denso del libro… E ir afianzando lo que aprendemos sin tener que volver a incluirlo en nuestros apuntes finales.

Estudia de más a menos… Nunca de menos a más… En los días previos al examen la idea es que tengas unos cuantos folios que hayan ido resumiendo y enlazando con el temario denso del libro… E ir afianzando lo que aprendemos sin tener que volver a incluirlo en nuestros apuntes finales.

La idea es ir guardando información dentro de tu mente, y que cada vez vaya quedando menos fuera. Si terminas con unos apuntes igual de densos que en el libro, algo estamos haciendo mal…

Y lo más fundamental… Conserva la calma, ningún suspenso es tan terrible como para no conservarla. Todos los errores son enmendables…
Aunque espero que con estos consejos, haya menos que enmendar… Y si lo hubiera, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, intentaremos sacar el máximo partido a tus técnicas!!

¡Mucho ánimo estudiantes!

Patricia Merino (Psicólogos en Logroño)

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